domingo, 1 de abril de 2018

El adios (poemario del olvido)











… Hasta donde eran tuyos
los delirios de mi adiós…

… y después,
el tiempo sobrevenido
me dejará de nuevo despojado de ti,
con la rabia irrefrenable
de quién sabe que se dejó en el camino
la oportunidad de seguir explorando los senderos
de tu cuerpo,

con el desconsuelo abrazado a mis miedos,
temeroso de que el futuro sea implacable
y eclipse de mi memoria la imagen de tu sonrisa,
las sensaciones inimaginables de tus caricias,
el aroma excitante de tu piel,

y con la pena hilvanada a mis párpados
porque mis ojos dejaron de ver
el mar de nuestros sueños
reflejado en el azul de tu mirar.

Solo y ciego
camino despacio
por este mundo
de sombras y de miedos.

Ciego y triste,
avanzo, también despacio,
palpando tu ausencia,
y dibujando en el aire
la verdad de una muerte.

Triste y solo 
me sentaré a esperarla
mientras la alternancia de los recuerdos
perfila la sonrisa efímera
en el lugar
donde las cenizas ciertas
abren la puerta de la oscuridad
y convergen hacia el fin,



…hasta donde eran míos 
los delirios de tu adiós…

martes, 1 de noviembre de 2016

Soy noviembre

                                  
    

Soy noviembre

Soy el manto de ocres y naranjas
que avanza inexorable 
a través de la penumbra 
de los atardeceres.

Soy la rama semidesnuda
despojada por los vientos del otoño
de su alma adolescente.

Soy la hojarasca seca
que viste de silencio
la noche de los ayeres.

Soy noviembre 

Soy ese noviembre marchito 
mezcla de vida y de muerte,
de soles y de lunas,
de lluvia, de nieves.

Soy el espejo roto 
donde quedan aprisionados
los mañanas
... y esas madrugadas 
que me devuelven 
la presencia de tu ausencia 
en forma de sueños inacabados.

Soy noviembre

Soy el paso del tiempo,
la búsqueda infinita 
de ilusiones por cumplir.

Soy noviembre cautivo 
que encierra 
entre las paredes de sus sueños 
su anhelo inenarrable
por convertirse en abril.


miércoles, 24 de agosto de 2016

Imagino





Cuando no te veo
            te añoro e imagino.

Imagino tu mirada 
atrapando la luz de los instantes;
tus movimientos sensuales, 
tus labios susurrando 
nuestro amor en mis oídos.

Imagino que las caricias 
detienen el tiempo 
y que tu sonrisa me despeja
de piedras el camino.

Imagino,
que soy el árbol que te protege.
Ese árbol fuerte 
de ramas gruesas
y de hojas serenas
que proyecta la sombra
que mitiga tus calores.

E imagino que no me despierto,
porque cuando lo hago...
                                      tiemblo.

jueves, 9 de octubre de 2014

Los sin mí, sin ti.




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De océanos sin orilla.

De vientos atormentados
que no encuentran el abrazo de las olas.

De naufragios sin barcos.

De sueños sin noche
y de noches sin sueños.

De llaves sin puertas
y de hogueras sin fuego.

De camas vacías y de sábanas revueltas
que ya no huelen a la piel
que las habitó algún día.

De caminos sin huellas;
de estrellas sin universo;
de oscuridades sin miedo.

De tierra que ya no atrapa
el olor de la lluvia que la humedece.

De lágrimas sin rostro;
de caricias sin manos;
de miradas sin ojos,
y de ojos que ya no sienten
el calor de tu mirada.

De sangre sin herida.

De la nada sin muerte.

De latidos sin vida.

De poemas sin versos,
y de versos sin ti...

De eso se trata mi vida;
de llenar las oquedades que dejan
los "sin ti", contigo;
de encontrar contigo, los "sin mí".


José Ignacio Izquierdo Gallardo - julio 2014
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©  Textos y fotografía by José Ignacio Izquierdo Gallardo© Se permite el uso personal de los textos, datos e informaciones contenidos en estas páginas. Se exige, sin embargo, permiso de los autores para publicarlas en cualquier soporte o para utilizarlas, distribuirlas o incluirlas en otros contextos accesibles a terceras personas.




miércoles, 20 de agosto de 2014

Te pienso tan cerca... Te siento tan lejos...


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Te pienso tan cerca, te siento tan lejos

que me da miedo que mis sueños
me despierten de mis propios sueños,
que nuestros besos
se despeñen por el barranco del amanecer,
que nuestros abrazos
fueran solo fruto del deseo de la noche,
que nuestros te quiero
murieran con las primeras luces de la mañana.

Te pienso tan cerca

que mis manos creen poder tocarte,
que mis labios perciben el calor de los tuyos,
que el recuerdo de tu aliento alimenta todos mis sentidos
y tus imaginadas caricias desnudan mi cuerpo.

Te siento tan lejos

que tu sonrisa y tu mirada se esconden
tras el velo oscuro de mi horizonte,
que las nieblas vuelven sin anunciar su presencia,
y las campanas silentes de la noche
tocan a despedida,
guardando en el cajón de los recuerdos
los deseados amaneceres blancos.

José Ignacio Izquierdo Gallardo - junio 2014

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martes, 10 de junio de 2014

A...Tormenta (dos)




Como fuente serena que juguetea
con sus aguas aprisionadas.

Como viento celoso
que arrebata sus gotas
y las traslada más allá del horizonte.

Como adoquines mojados
que reflejan las imágenes del pasado...

                               (Es posible que el tiempo nuble mi mente
                               y mi perdida confianza se precipite
                               por los desagües del ayer).

Como pretérito imperfecto
que exprima el alma
dejándola vacía de soledades.

Como campo oprimido por el fango;
como río crecido que inunda la vereda.

Como barranco sobre mar enojado
por la indecisión de mis decisiones...

                           (Es posible que las últimas nieves de la primavera
                           no solo desvistan las montañas soñadas,
                          sino que también dejen al descubierto
                          las mentiras que creí olvidadas).

Como niebla que cubra sin apenas rozar
la piel que reprime mis sentimientos,
y no deje salir  a mis atormentados deseos.

Como espuma que envuelva mis miedos
y arrope mis sueños...

                         (Es posible que los latidos de mi corazón
                         ya no acompasen la sangre que una vez
                        salió por mis heridas).

Como reloj que interrumpa el pasar de las horas
hasta aprisionar en su seno
mis eternidades rotas...

Así me hallará la muerte,
aunque es posible que la esquive,
porque ni yo mismo me encuentre.

(poema de josé Ignacio Izquierdo para la tertulia - tema: Pensamientos atormentados)


 

martes, 11 de marzo de 2014

11M


Miedo. Tuve miedo. 


Me envuelve la misma sensación de tristeza; el mismo pesar;  la misma rabia que sentí hace diez años cuando el atentado salvaje del 11M nos dejó huérfanos de tantos de los nuestros.


Me envuelve la misma pesadumbre con la que desperté aquel fatídico día, y me envuelve la misma impotencia que sentí ante la sin razón de los asesinos y la estupidez de alguno de nuestros políticos que no supieron, y siguen sin saber, estar a la altura de sus ciudadanos.


Hoy, diez años después, siento vergüenza e indignación ante los comentarios y declaraciones de algunos indeseables que siguen empeñados en no dejar descansar a "nuestros muertos", y prefieren, en lugar de pedir perdón a las víctimas y a sus familiares, mantener "la teoría de la conspiración" tantas veces defendida por periodistas de media pluma y políticos de pensamiento único.


Creo que al igual que el muchacho que fotografié en el monumento del Holocausto de Berlín, deberíamos llorar a nuestros muertos, hacer el esfuerzo para no olvidarlos y  reflexionar sobre lo sucedido.


Quizá así consigamos que la historia no se repita.


lunes, 11 de noviembre de 2013

La Ciudad Perdida (poemario Soledades)

 
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La ciudad despierta en blanco y negro.
La bruma silente de la noche
va dibujando sus calles
mientras anuncia su retirada.
 
Arterias desiertas sin sangre
 
donde solo mi figura vestida de blanco
destaca sobre el frío gris
de este nuevo acantilado urbano.
 
No hay perros ni gatos;
no hay ratas ni coches.
No hay nada.
No hay nadie.
 
Encamino mis pasos desnudos
a la búsqueda de colores y calores,
al encuentro de miradas.
 
Ya no oigo respirar a la ciudad,
no siento el calor de sus venas
ni escucho los gritos
de quien pudiera estar
escondido entre la niebla.
 
Las luces apagadas,
las cuencas vacías de los ojos
de los semáforos,
hacen temblar todo mi ser.
 
Solo silencio.
Solo espacio infinito
donde enterrar mi cuerpo
después de expiar mis pecados,
de rezar por nuestras almas,
y de llorar por vuestra pérdida.
 
La ciudad permanece inerte,
y yo me he quedado atrapado
en el laberinto de grises calles
vacías de vida,
sin encontrar la salida.
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domingo, 29 de septiembre de 2013

Vientos de otoños nuevos



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Me preguntas si te seguiré queriendo

cuando dejes de ser joven y tal vez hermosa.
 

Me preguntas si mi amor será ciego para no ver…

o si mis ojos fijarán la mirada

en horizontes nuevos.

 
Si mis manos querrán acariciarte

cuando las arrugas de tu piel

dejen al descubierto

el paso de los años.

 
Me preguntas como serán nuestros sueños,

y si el amor envejece siguiendo los mismos tiempos;

 y si las sábanas podrán ocultar las huellas del camino;

 y si la noche será cómplice o enemiga,

o tal vez deje de ser compañera.

 
Me preguntas si las nieves de mis cumbres

abrazarán tus miedos,

o si mis miedos quedarán ocultos

bajo las nieves del próximo invierno.

 
Me preguntas,

 y aunque creo saber la respuesta,

hoy me dejo llevar por tus vientos de otoños nuevos.
 
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sábado, 17 de agosto de 2013

Contigo sin ti... mis versos se tiñen de rojo. (a Sagrario del Peral)


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Hoy mis versos se tiñen
con el color rojo de tu pelo.

Se funden con el abrazo
siempre cálido de tu palabra.

Se entristecen por la distancia
que tu adiós impone.

 Hoy mis versos lloran de amargura
por el anuncio de tu ausencia;
de esa maldita ausencia
que abre para siempre
la puerta a tu recuerdo.

 Hoy mis versos se quedan huérfanos
de tu mirada.
Ya no sentirán la caricia de tus ojos
ni oirán el latido de tu esperada presencia.

 Hoy mis versos se tiñen
con el color rojo de tu pelo…
 

                        … y esperaran como siempre y para siempre,
                            la llegada de tu sonrisa
                            con las primeras luces del alba.

 

 

martes, 2 de julio de 2013

Piensan que soy un loco



Por querer que los vientos del sur

me traigan una a una

las letras de tu nombre…



                                            … me llaman loco.



Por desear que los silencios latentes

nos abracen

y mantengan en secreto mis pensamientos…



                                            … también me llaman loco.



Por desear que nuestras pieles se acaricien,

y se besen,

                y se sientan;

                                   y llegue el momento
 
en el que se crucen nuestros nombres…



                                                … piensan que soy un loco.



Por llamarte desesperadamente

desde el inexistente mar de mis deseos.

O por creer que el rumor de las olas

me devolverá el eco de mis palabras…



                                            … hay gente que cree que estoy loco.



Por querer salir de esta cárcel

de barrotes invisibles,

y por ser el intratable carcelero

de mi propia existencia…



                                           … no dudan en llamarme loco.



Por querer oler tu cuerpo;

por desear saborear tus labios

y pensar en tu indudable existencia,

aunque la razón y la conciencia dicten lo contrario;



por sentarme en un porche imaginario

esperando tu llegada al atardecer,

aunque nuestras miradas no tengan

ni rostros ni sonrisas…



                                      … hasta yo mismo creo que estoy loco…


                                                                 Y no entiendo el porqué.

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domingo, 31 de marzo de 2013

Déjame abrir la primavera

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Déjame abrir la primavera
a través de tus ojos.

Cerrar la ventana de este invierno
todavía inacabado,
donde las últimas nieves
juguetean imberbes
en las cumbres de tus pechos.

Atrás quedó el otoño de mis pensamientos.

Atrás los fríos y los vientos
con los que soñé acariciar tu piel
y fecundar con el néctar de tus sueños.

Déjame besar tus labios
mientras las amapolas señalan
los primeros rayos de un sol
que todavía esa por llegar,

pero que con gestos de aquiescencia
abrazará nuestros cuerpos
y dejará a descubierto de las miradas
la verdad de nuestro querer.

Déjame abrir la primavera...

... y trazar con pulso firme
sobre el lienzo de tu existir,
                                 esta eternidad,
que ninguno de los dos
ni siquiera nos atrevimos a pensar.

lunes, 18 de febrero de 2013

Recuerdos de Granada - Llueve en el Albaicín. (Poemario: Ciudades, lugares y otros uni-versos)


 
 
 
Recuerdo las calles empedradas

y el eco de las voces

inundando cada rincón

de las plazas semidesnudas.

 

Recuerdo el reflejo

de la luz de las farolas

sobre los viejos adoquines

que adornan

la estrechez de sus callejuelas

abrazadas por la lluvia

de este invierno inacabado.

 

Recuerdo el ronco sonido

de las campanas de las iglesias

anunciando el paso

de los tiempos detenidos,

mientras nos dejamos acariciar

por los fríos vientos del sur

que salieron al encuentro de nuestras almas.

 

Recuerdo el sabor

de los instantes presentes

que se convirtieron

en pretérito perfecto.

 

Recuerdo el olor de la tormenta

en una copa de vino,

e incluso recuerdo

la luz de tus palabras

que se fundieron con mis versos.

 

Noche Entreabierta




Dejaré la noche entreabierta

y esperaré con una copa de vino

tu llegada.

 

Cerraré los ojos

y soltaré las amarras

que sujetan mis sueños

dejándoles navegar

en busca de una isla

bañada con el olor de tu piel.

 

Imaginaré…

que esta será la noche

en la que nuestros cuerpos desnudos

se funden, y nuestros muslos

besen todo nuestro ser.

 

Dejaré la noche entreabierta

y me tumbaré al abrigo de tus labios

y al calor de tu mirada.

 

Acariciaré la silueta de mis pensamientos

deseando que la distancia

deje de ser distancia,

y pueda tocar de nuevo

el contorno de tu rostro,

y besar todos tus sentidos,

 y sentir todo tu querer.

 

Dejaré la noche entreabierta

esperando que mi tiempo

se atreva a rasgar el telón de tu tiempo

y llegue el momento deseado

de perderme entre tus sábanas.

 

Dejaré la noche entreabierta

y esperaré la llegada del alba

para saber si los sueños

dejaron de ser sueños…

 

…o si se ahogaron en el camino

de nuestra soledad….