martes, 11 de marzo de 2014

11M


Miedo. Tuve miedo. 


Me envuelve la misma sensación de tristeza; el mismo pesar;  la misma rabia que sentí hace diez años cuando el atentado salvaje del 11M nos dejó huérfanos de tantos de los nuestros.


Me envuelve la misma pesadumbre con la que desperté aquel fatídico día, y me envuelve la misma impotencia que sentí ante la sin razón de los asesinos y la estupidez de alguno de nuestros políticos que no supieron, y siguen sin saber, estar a la altura de sus ciudadanos.


Hoy, diez años después, siento vergüenza e indignación ante los comentarios y declaraciones de algunos indeseables que siguen empeñados en no dejar descansar a "nuestros muertos", y prefieren, en lugar de pedir perdón a las víctimas y a sus familiares, mantener "la teoría de la conspiración" tantas veces defendida por periodistas de media pluma y políticos de pensamiento único.


Creo que al igual que el muchacho que fotografié en el monumento del Holocausto de Berlín, deberíamos llorar a nuestros muertos, hacer el esfuerzo para no olvidarlos y  reflexionar sobre lo sucedido.


Quizá así consigamos que la historia no se repita.