martes, 9 de noviembre de 2010

Vino a buscarme



Diles que me encuentro
descansando a la sombra
de un olivo.

Diles que mi corazón atormentado,
ceso su latir, ya cansado,
para dejar oír el trinar
de los pájaros de la mañana
y el hablar del viento
entre las verdes ramas.

Diles que, silenciosa, vino a buscarme,
y me dejó leyendo poemas
de amor, de vida y de muerte;
de muerte, de vida y amor.

Diles que mi nombre ya no importa,
que lo arrastró la lluvia del invierno,
esparciendo cada una de sus letras
por los campos de Castilla.

Diles que ya solo queda mi figura
disfrutando del andar,
vago y sereno,
del que ya no tiene prisa,
del que mira sin ojos;
del que susurra al oído
palabras de vida eterna.

Diles que no vengan a buscarme,
para no perturbar mis sueños.

Ya solo quedan las palabras
y los silencios,
escondidos entre la niebla.


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© 2010– texto y fotografía.- José Ignacio Izquierdo Gallardo