lunes, 11 de noviembre de 2013

La Ciudad Perdida (poemario Soledades)

 
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La ciudad despierta en blanco y negro.
La bruma silente de la noche
va dibujando sus calles
mientras anuncia su retirada.
 
Arterias desiertas sin sangre
 
donde solo mi figura vestida de blanco
destaca sobre el frío gris
de este nuevo acantilado urbano.
 
No hay perros ni gatos;
no hay ratas ni coches.
No hay nada.
No hay nadie.
 
Encamino mis pasos desnudos
a la búsqueda de colores y calores,
al encuentro de miradas.
 
Ya no oigo respirar a la ciudad,
no siento el calor de sus venas
ni escucho los gritos
de quien pudiera estar
escondido entre la niebla.
 
Las luces apagadas,
las cuencas vacías de los ojos
de los semáforos,
hacen temblar todo mi ser.
 
Solo silencio.
Solo espacio infinito
donde enterrar mi cuerpo
después de expiar mis pecados,
de rezar por nuestras almas,
y de llorar por vuestra pérdida.
 
La ciudad permanece inerte,
y yo me he quedado atrapado
en el laberinto de grises calles
vacías de vida,
sin encontrar la salida.
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©  Textos y fotografía by José Ignacio Izquierdo Gallardo© Se permite el uso personal de los textos, datos e informaciones contenidos en estas páginas. Se exige, sin embargo, permiso de los autores para publicarlas en cualquier soporte o para utilizarlas, distribuirlas o incluirlas en otros contextos accesibles a terceras personas.
 
 


1 comentario:

María Borrego R dijo...

Qué bonito aunque triste. ¿Premonición? Parece que los escribieras hace dos meses. Un abrazo, amigo.